Las lecciones de Martha en «Un acorde menor» (Reseña de la novela de Carolina Casado)

¡Hola a todos!

Lo primero perdonad mi ausencia de la semana pasada, he estado bastante liada estos días, prometo compensaros.

Hoy vamos a centrarnos en mi última lectura porque ha sido maravillosa y no puede encajar mejor aquí. Se trata de «Un acorde menor» de Carolina Casado (Versatil, 2019) que narra la historia de Becca desde su ingreso en el Centro de Salud Mental Para Adolescentes Delva, un psiquiátrico de Londres, en contra de su voluntad.Es una lectura dura, por los temas que trata (como el suicidio o la autolesión) pero como siempre muy necesaria. Además se nota que Carolina es psicóloga además de escritora  porque ha sabido convertir este libro en una gran herramienta psicoeducativa sobre salud mental sin dejar de lado la ficción.

Todo esto lo consigue a través del personaje de Martha, una de las psicólogas del centro. Cercana y muy centrada siempre en qué cada paciente entienda lo que le sucede y la importancia de que se implique en el cambio por su propio bien, permite que el lector entienda con facilidad aspectos muy importantes de la salud mental y algunas de sus técnicas. Es lo que quiero traeros hoy, ¿empezamos?

Una de las primeras enseñanzas de Martha para Becca  es acerca de las etiquetas en salud mental. Le hace ver que su trastorno no es algo que la defina, si no que es parte de ella. Una parte que debe aceptar poco a poco, aunque cueste. Aceptarla es muy importante (como ya mencionamos en el artículo sobre Arielle y Aunque llueva fuego) y es el primer paso para lograr el cambio. Siguiendo ese principio no voy a relacionar a cada personaje con su etiqueta. Creo que iría en contra de lo que Carolina pretende con su libro (y además sería spoiler) Por eso quiero centrarme en las terapias de Martha.

Destaca también otros elementos importantes en el cambio terapéutico según la teoría de Lambert, como la alianza terapéutica (la buena relación entre terapeuta y paciente), los pensamientos o la motivación del paciente. En estos dos últimos aspectos se centran muchas de las técnicas que se muestran en el libro, demostrando que Martha sigue en su tratamiento la línea de la Psicología Cognitivo Conductual, centrada en cambios en el comportamiento y los pensamientos. De esta forma nos acerca de forma sencilla, técnicas como la parada de pensamiento, la exposición e incluso el psicodrama, aunque eso último se salga un poco de línea psicológica.

La parada de pensamiento es una técnica de distracción ante pensamientos negativos que acuden a la mente de forma repetitiva. Consiste en tratar de fijar la atención en actividades que requieran esfuerzo mental (como contar de 3 en 3) o pensar en cosas agradables (cantar canciones, recordar libros). Cuando los pensamientos son muy intensos se acompaña de un estímulo que ayude a desviar la atención como pellizcarse o dar una palmada.

La exposición es la técnica para enfrentarse a las situaciones que causan ansiedad. Antes de realizarla es necesario conocer nuestras propias señales de ansiedad y hasta qué punto nos afectan (en una escala de 1 al 10) y saber controlarlas, por ejemplo mediante la respiración. Una vez conseguido se trata de ir enfrentándose progresivamente a estas situaciones temidas construyendo una jerarquía que las ordena de menor a mayor grado En el libro sólo vemos una de estas sesiones, con una situación que provoca un alto grado de ansiedad.

Otra técnica de relajación es la evocación de lugares agradables, o como se muestra en el libro, de comida: tengo que reconocer que me hizo mucha gracia que el sushi pueda servir de lugar seguro.

El psicodrama es una técnica más relacionada con el psicoanálisis, creada por uno de los seguidores de Freud. En el libro Carolina nos muestra una pequeña introducción de los protagonistas a esta técnica. Es una forma de «teatralizar sentimientos» expresandolos a través de la creatividad. El paciente es el protagonista y a la vez el director de su propia obra. Puede utilizar todos los elementos del espacio como parte del escenario. Está técnica tal como se muestra en en el libro suele realizarse en grupo. El resto de compañeros hacen el papel de actores tal como se les indique, y sirven para aportar un feedback positivo con su punto de vista sobre lo interpretado.

Más allá de todas las técnicas que muestra, creo que el mensaje más importante de este libro es que estar mentalmente mal no significa estar perdido, que estar mal y aceptarlo, es lo mejor que se puede hacer. Que pidiendo ayuda es posible cambiar y vivir mejor. Y que todo es más es fácil con un entorno que te apoya.

Creo que es necesario dar una visión positiva al tratamiento psicológico y sobre todo quitar el estigma negativo al internamiento en centros como Delva. Esta historia nos demuestra que llega un momento en que son necesarios, y sobre todo que pueden curar. Ójala este libro sirva para romper estigmas sobre la salud mental porque creo que el trabajo que ha hecho Carolina merece eso y mucho más. A mí personalmente me ha servido para aprender un poquito más así que quiero darle las gracias y la enhorabuena desde aquí

Espero que os haya gustado la entrada de hoy, ¡nos leemos muy pronto! ¿Habéis leído el libro? ¿Qué os ha parecido?

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¡Nos leemos pronto!