¿Qué se siente con «la luna en la puerta»?: Las emociones tras el suicidio en la novela de Andrea Tomé

Hoy quiero hablaros de un tema un poco duro, pero muy necesario: el suicidio. Ya hablé de ello en una de mis primeras entradas con Por Trece Razones, pero la novela que os traigo hoy trata el tema del suicidio de forma tan honesta y emotiva que merece la pena volver a tratarlo.  Como digo, soy consciente de que es un tema bastante duro, sobre todo si por alguna circunstancia te toca de cerca, así que si necesitas cuidarte emocionalmente y para ello decides dejar de leer esta entrada lo entiendo y te aplaudo. Tu salud es lo primero.

portada_la-luna-en-la-puerta_andrea-tome_201811231600Si te quedas vamos a hablar  de La luna en la puerta, la novela de Andrea Tomé (Teen Planet, 2019) que nos muestra cómo viven la marcha de Saulo, un chico de apenas veinte años, los que se quedan atrás, sus familiares, amigos o conocidos.

Nos adentramos en esta triste realidad de la mano de Judith su hermana pequeña, pero también de sus amigos como Jacobo o Andy o de conocidos como Chaim. Esta variedad de puntos de vista nos acerca varias de las problemáticas que conviven en un barrio marginal, como la xenofobia, la homofobia, las peleas entre bandas  o las adicciones pero la realidad del suicidio es el punto central de la historia y es el tema que voy a analizar en la entrada de hoy.

¿Todo el mundo preparado?

Más allá de las fases del duelo: las emociones.

La novela está divida en seis partes, algunas de ellas identificando las emociones que van predominando en la protagonista a lo largo de la historia: Enfado, Negociación, Depresión y Aceptación. Podrían corresponderse con las llamadas “fases del duelo”, aunque para esto hay un sinfín de clasificaciones, porque ni siquiera los autores se ponen de acuerdo. Y esto es por algo que refleja muy bien esta historia: cada uno vive la pérdida a su manera.

(*) Un análisis más extenso de las fases del duelo, podéis encontrarlo en este artículo que realicé para la Revista Psicomemorias

Por eso hoy  quiero destacar algunas de las emociones que podemos encontrar en esta historia.

Tristeza: es la emoción más habitual tras una pérdida. Se hace más acusada aún si aparece de forma repentina y no sé entiende porque ha sucedido, cómo puede ser el caso del suicidio.

Negación: Más que una emoción es un estado emocional, pero quería destacarlo. Al parecer Judith es la única que aunque le duele, acepta la muerte de su hermano como lo que es: un suicidio. El resto de la familia quizás por vergüenza, por miedo o porque son incapaces de aceptarlo, fingen de cara a los demás que Saulo se ha ido de un ataque al corazón.

Culpa: Es la emoción que más predomina en Judith en gran parte de la historia. Tiene la duda de si podría haber hecho algo más por su hermano o incluso haber evitado que se marchase.

Enfado: Junto con la culpa, Judith convive con el enfado. La necesidad de culpar a Saulo por «decidir» marcharse sin decir adiós ni dar una explicación. Por no pedir ayuda.

Es muy interesante ver como Judith refleja la culpa y el enfado a través de entradas en su diario y en su aventura en busca de las cartas que Saulo pareció ir dejando.

Incomprensión: Se resume en una pregunta que se repite mucho en esta situación y es «¿Por qué?» La necesidad de encontrar una explicación a lo que ha pasado. Durante gran parte de la novela, Judith se centra en encontrar la respuesta a esta pregunta  hasta que se da cuenta de que nunca la encontrará. Y sobre todo, que no pasa nada por no tenerla. Esa aceptación es la clave de esta historia y creo que es la mayor enseñanza que nos deja. Esa y que en el suicidio no hay culpables.

En general, creo que a pesar de lo dura que pueda ser la historia, deja un mensaje esperanzador, algo muy importante en temas como este. Ademas, es una herramienta muy valiosa para romper el tabú de que no hablar sobre el suicidio evita que se propague. Es cierto que hay que tener cuidado en cómo enfocar estos temas : ser respetuoso y no demasiado gráfico, pero es vital hacer visible el suicidio. Sin duda, la sensibilidad y el cuidado que pone Andrea en esta historia es un ejemplo maravilloso de cómo hacer las cosas.

Quisiera terminar con un par de citas de la novela que reflejan muy bien algunas de las cosas que he comentado:

«Aunque nadie debería morir así. Pero son cosas que pasan aunque no sea culpa de nadie y no van a dejar de pasar porque evitemos hablar de ellas.»

«Todo lo que puedas ser después de esto, que es mucho desaparecerá, pero tu ausencia seguirá  quemando a todos lo que alguna vez se preocuparon por ti. Eso es lo que pasa. Y no es justo, y lo peor de todo es que  incluso si te matas no vas a ser culpable del duelo que sientan lo demás. Pero eso no va a hacer que desaparezca».

Espero que os haya gustado la entrada de hoy, y que os anime a leer a Andrea porque es toda una experiencia.

¿Nos leemos la semana que viene?

5 opiniones en “¿Qué se siente con «la luna en la puerta»?: Las emociones tras el suicidio en la novela de Andrea Tomé”

  1. ¡Hola!
    Esta entrada no solo me ha tocado la fibra sensible, porque es un tema que me toca muy de cerca, sino que me ha dejado con más ganas de las que tenía de leer este libro. He querido comprarlo desde el mismo día en que salió, pero por falta de tiempo, o quién sabe, lo he ido posponiendo hasta ahora. Pero prometo que este verano sí me hago con él. He leído varias novelas de Andrea, (de hecho, una de mis actuales lecturas es Desayuno en Júpiter), y me gusta muchísimo su pluma y los personajes que crea.

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    1. ¡Hola Enara! Gracias por comentar.
      Si estás leyendo Desayuno quizá La Luna te choque un poco porque es bastante más oscura en mi opinión, pero la sensibilidad está asegurada. Es de esos libros que curan. Y yo encantada de haberte animado a dar el paso 😉

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  2. Hola Cristin.

    Me ha encantado tu entrada. Es un tema que me toca muy de cerca y algo muy personal. Pienso que cosas como estas son esenciales. Es necesario que se hable del suicidio, ya que puede ayudar a evitarlo en muchos casos y en otros a luchar hasta el final. Pero siempre pidiendo ayuda. Hoy en día no se pide ayuda por vergüenza, miedo, culpa e incluso incomprensión por parte de la gente que te rodea.

    Me has dado muchísimas ganas de leer el libro porque trato de leer libros de este estilo para poder difundirlos después. Es muy necesario.

    Por otro lado me encanta tu manera de escribir.

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    1. ¡Hola Irati! Me alegro de que te guste.
      Es un tema muy necesario y tenía cierto miedo de cómo tratarlo, pero hablando de novelas que ya de por sí lo tratan tan bien la verdad es muy fácil.
      ¡Espero que te gusten las futuras recomendaciones, también!
      Gracias por comentar y sobre todo por quedarte.

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