Violet y Finch o porque el amor no lo cura todo

¡Buenas!

¿Cómo lleváis la vuelta de vacaciones? Para mí septiembre ha llegado cargado de novedades porque me he incorporado al mundo laboral como psicóloga. Estoy muy emocionada con esta nueva aventura aunque hacerme a la nueva rutina está siendo un poco duro. Tengo intención de seguir trayendo entradas al ritmo de siempre, pero espero que me perdoneís si fallo alguna semana, aún estoy organizándome para llegar a todo. Septiembre de momento lo tengo ya organizado eso sí a no ser que falle nada, me veréis aquí cada domingo.

Pero vamos a lo importante, hoy vengo a hablar de una de esas lecturas que os prometí que traería sí o sí al blog, Violet y Finch de Jeniffer Niven (Nube de tinta, 2016)

Tengo que confesar que si lo terminé fue precisamente porque tenía el propósito de hablaros de él, porque es una lectura especialmente dura. Es de esas historias que bajo el pretexto de hablar de cierta realidad muy cruda se olvida de respetar la sensibilidad de los lectores. Esta es la función de los avisos de contenido sensible, os dejo un artículo de Carolina Casado que explica muy bien lo que son y cómo surgen. Os recomiendo leerlo.

El caso que antes de empezar con la reseña quisiera incluir las etiquetas de contenido sensible (trigger warning) que esta historia debería llevar: duelo, trastorno bipolar y suicidio. La última se podría considerar spoiler porque no se desvela casi hasta el final, pero sé que hay quien agradecerá saberlo de primeras. Creo que un trigger warning nunca debería ser considerado spoiler.

Si no te sientes preparado para leer sobre estos temas te aconsejo que no leas Violet y Finch, y en consecuencia entenderé que dejes de leer esta entrada a partir de aquí. Lo primero es tu salud mental. Si por el contrario si has leído el libro , o no vas a hacerlo, pero aún así y quieres saber mi opinión sobre cómo se representan estos temas, te invito a seguir leyendo.

La cosa empieza fuerte desde el principio, los protagonistas se encuentran en lo alto de la azotea del instituto. Cada uno tiene sus motivos para estar allí y no son precisamente agradables, pero de algún modo terminan convenciéndose mutuamente de que la vida merece la pena y eso les une a lo largo de todo el libro. 

Pero ¿cuáles son estos motivos?

Violet Mackey: Antes de conocerla en la historia, Violet era una chica popular, fiestera y alegre pero se ha vuelto solitaria desde que  perdió a su hermana en un accidente de tráfico. Cómo es lógico, la vemos triste y sin ganas de enfrentarse al futuro, entre otras cosas abandona su pasión por la escritura porque era algo que compartía con ella.   Pero también descubrimos que siempre se sintió inferior a ella y siente que no mereció ser quien se salvara. En ocasiones parece que trata de devolverla o su lugar o sustituirla  sigue usando su ropa e incluso sus gafas de ver. Este último detalle, aparte del hecho de que termina en la azotea me lleva a pensar que no es un proceso de duelo normal.

Theodore Finch: El es para sus compañeros el friki de clase, el bromista que a veces se pasa y hace gamberradas un poco agresivas. Desde el principio sabemos que padece insomnio. Menciona que tiene recetada algún tipo de medicación para paliarlo pero casi nunca le vemos tomarla. Si analizamos el resto de su comportamientos vemos que podría encajar en un cuadro de trastorno bipolar porque alterna episodios depresivos (menciona que pierde el interés por todo ) con episodios hipomaniacos. Estos últimos se caracterizan en su caso por autoestima elevada, verborrea y pensamiento acelerado (que se reflejan muy bien en el texto) aumento de actividad, o interés por actividades de riesgo (lleva un cuaderno en el que registra sus investigaciones sobre métodos de suicidio). Entiendo que este es un detalle importante para perfilar el personaje, pero creo que da demasiados detalles. Hablar del suicidio es importante pero dar demasiada información sobre ciertos aspectos (como por ejemplo métodos) puede ser muy peligroso.

Además vive en un ambiente familiar desestructurado, sus padres están divorciados y él vive con su madre y sus hermanas aunque ella está bastante ausente. El trastorno bipolar, suele ser complicado de diagnosticar, así que con esa falta de atención en el entorno familiar puede ser complicado identificar el problema a tiempo. Todo esto me parecía lógico hasta que se descubre que la raíz del comportamiento agresivo de su padre (motivo del divorcio) se encuentra en parte en que él también padecía trastorno bipolar. Partiendo de estos antecedentes, por muy difícil que sea diagnosticar y tratar el trastorno, creo que la imagen que se da del apoyo psicológico en este tipo de trastorno es muy insuficiente.

¿Qué tipo de apoyo reciben?

Violet recibe tratamiento psicológico, pero la mayor parte del tiempo vemos que acude por obligación sin estar preparada para el cambio. Se siente culpable por lo que pasó así que cree que se merece cargar con la tristeza y la apatía que siente desde el accidente. Parece que es la relación con Finch y los acontecimientos que suceden en la historia los que le hacen decidirse a cambiar.

Finch acude al orientador del instituto en un principio porque lo consideran alumno problemático (en uno de sus episodios rompió mobiliario escolar) y al inicio de la historia porque les preocupa que el incidente de la azotea esconda un riesgo mayor. Finch lo niega y tratan de contactar con su madre sin éxito porque el borra los mensajes. Y ya está, ahí termina el apoyo del instituto. ¿De verdad no se podía hacer más? Por mucho que Finch quiera poner barreras al menos podría llamar a su madre al trabajo, ir a su casa…

De forma voluntaria, se decide a ir un grupo de apoyo informal cuando los pensamientos suicidas empiezan a aparecer de forma mucho más frecuente. Pero ningún profesional trata de ayudarle más allá de eso. Y quizás por eso acaba como acaba.

La autora reconoce en una nota final que es «superviviente del suicidio de un familiar y precisamente  quería denunciar la realidad del suicidio, pero en mi opinión es importante no reflejarlo como una salida o un final lógico. Está claro que es algo que puede pasar. El riesgo de suicidio puede ser 20 veces mayor en los casos de trastorno bipolar frente a la población general. Reconozco que yo no soy experta en ese tema en concreto, pero creo sinceramente que a nivel profesional se puede hacer mucho más para evitar que personas que viven lo que pasa Finch lleguen a ese punto. Y reflejar esa cara de esta realidad me parece igual o más importante. Aunque el final hubiese sido el mismo, creo que mostrar más apoyo a nivel psicológico le habría dado a la historia una imagen menos derrotista.

Reflejar la realidad de la salud mental es importante, pero no creo que este reñido con lanzar un mensaje de esperanza, y eso en mi opinión es tan importante o más como lo primero. Y si algo le falta a este libro es esperanza, por eso me ha dejado un sabor agridulce.

¿Vosotros lo habéis leído? ¿Qué impresión os dejó? ¿Que opinaís del mensaje que lanza acerca de la salud mental? Me interesa mucho leer vuestros comentarios.

Espero que os haya gustado la entrada de hoy. Antes de irme, os recuerdo que si tenéis cuenta en WordPress podéis seguirme simplemente con pulsar el botón azul que hay más arriba (o hacer click aquí), así añadireís mi blog a vuestro lector. Si no tenéis, pero queréis estar pendientes de todas las novedades, podéis dejar vuestro mail en la casilla en blanco de la columna de la derecha y os llegará un aviso cada vez que suba nueva entrada. También podéis seguirme en Twitter o en la página de Facebook del blog.

¿Nos leemos el domingo que viene?

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: